mercoledì 17 ottobre 2012

La depresión, mal de jóvenes


QUÉ PASA CON LOS MUCHACHOS DE HOY
WILLIAM POLACK
 Editorial Norma 1999 - Bogotá
Síntesis capítulos 12, 13 y 14: La maldición de Hamlet: depresión y suicidio en niños; la violencia: sobrevivir o caer; divorcio.
En estos capítulos se nos muestran algunas de las problemáticas que los jóvenes tienen que enfrentar durante la adolescencia, el primer capítulo nos habla acerca de dos de las más graves que son la depresión y el suicidio.
Para comenzar a hablar acerca de la depresión en los jóvenes adolescentes, es necesario hacer una acotación y es que muchos padres no se preocupan de que sus hijos puedan estar deprimidos porque creen que eso es una cosa de niñas, lo cual es un gran error ya que, de hecho, las últimas investigaciones han demostrado que hay por lo menos tantos niños deprimidos como niñas, lo cual quiere decir que debe de haber millones de niños deprimidos por ahí, muchos de los cuales no lo aparentan en absoluto.
Es así como vemos que tan fuerte está arraigado el código masculino dentro de la sociedad y es por ello que los niños no manifiestan sus sentimientos y nosotros no nos percatamos de los problemas que están teniendo, problemas que pueden ser tan graves, como una depresión clínica, que si no se detectan a tiempo los pueden llevar a consecuencias fatales como el suicidio. Otra razón por la que no se cree que un joven pueda estar deprimido es, a diferencia de las niñas, en los niños hay una gama de síntomas más amplia que se pueden confundir con otros comportamientos, teniendo en cuenta que por el mismo código el niño no puede expresar abiertamente lo que realmente está sintiendo, sino que tiene que esconderse tras una máscara
Aunque algunos de los motivos para que un niño llegue a la depresión, son de origen biológico, el ambiente también influye y más si ha tenido experiencias negativas o traumáticas, como lo pueden ser la separación prematura, el no tener relaciones sanas, amigos o familiares  que le brinden apoyo emocional. Sin embargo, debemos de aprender a distinguir entre la tristeza y la depresión, un niño puede estar triste y no necesariamente esto indica que este deprimido, ya que la diferencia está en el grado, una es más fuerte que la otra; si bien es cierto que no son lo mismo, hay que estar atentos, pues si no se saben encausar estos sentimientos, se acumulan y es cuando las cosas empeoran.
La tristeza se comienza a manifestar en comportamientos más extremos, violencia, alejamiento de los demás, trastornos físicos, baja autoestima, drogas, alcohol, conversaciones de muerte y suicidio; no obstante, ya no hablamos de una tristeza sino de una depresión, y cuando se comiencen a presentar estos síntomas los padres deben de intervenir lo más pronto posible, antes de que se lamenten. Pero muchas veces, los padres hacen caso omiso de estas actitudes, argumentando que son comportamientos propios de un adolescente y no se imaginan la gravedad del asunto; al momento de abrir los ojos acerca de la realidad de sus hijos ya puede ser demasiado tarde y buscarán culpables, no admitiendo que tal vez ellos tuvieron la culpa al no prestarle la atención debida a sus hijos en el momento en que más los necesitaban o no brindarles un espacio donde pudieran ser ellos mismos, expresar cómodamente lo que de verdad sentían, que pudieron haber prevenido el que ahora su hijo está en un tratamiento psiquiátrico porque está clínicamente deprimido o lo que es peor, tener que soportar el dolor de su muerte ya que el muchacho no vio más salida a sus problemas que suicidarse.
Sin embargo, podemos evitar que los muchachos lleguen a este extremo si los padres hacen parte activa de sus vidas, se mantienen informados sobre las amistades de sus hijos, intervienen a tiempo al ver alguna señal de depresión, si no saben cómo abordar un tema consultar a un terapeuta y si de necesario una intervención médica acuda sin miedo, esto no garantiza que el muchacho no se deprima pero puede hacer más llevadera esta situación, además de que podría significar la diferencia entre la  vida y la muerte.  
La otra problemática que afecta a los muchachos es vivir en una sociedad violenta, donde en todo lo que hacemos, vemos y oímos hay una cuota de violencia que de una manera u otra lo influencia a que actúe así.
Pero ¿cuál es el trasfondo de tanta violencia, qué hay detrás de estos comportamientos? La respuesta, aunque no lo creamos, puede venir desde la infancia ya que la violencia es la consecuencia más visible que manifiesta un niño que ha sido obligado a entrar en un mundo de adultos al que no está preparado todavía y cómo no puede expresar abiertamente el miedo que siente, se expresa a través de la única emoción que cree es aceptable en los hombres: la ira, ésta ira creciendo poco a poco hasta convertirse en violencia, contra él, los otras y la misma sociedad. Otra causa puede ser la humillación y el honor, los niños actúan violentamente porque creen que así defenderán su honor y no serán avergonzados, o paradójicamente, un joven puede recurrir a la violencia para conectarse con otros, para hacer amigos, por ello vemos muchos jóvenes en pandillas ya que esto le da una falsa sensación de unión, afecto, fortalecimiento de un vínculo, pero vemos que estos son intentos inútiles.
Aquí vuelven a jugar un papel fundamental los padres, ellos son los que pueden proteger a sus hijos de caer en esta situación, o arrojarlos a un mundo que los devorará y en el que la única regla es que sobrevive el más fuerte. Aunque desde un primer momento muchos padres cometen un gran error y es que creen que este problema de violencia, sólo afecta a los demás y que sus hijos están exentos del mismo, por lo que se desconectan en muchos casos de la realidad de sus hijos, cuántos niños no son víctimas de sus compañeros en el colegio y sus padres no lo saben hasta que el niño llega a la casa con el ojo morado, mientras han tenido que soportar las burlas, los insultos, la humillación por parte de otros, si bien hay algunos padres que si mantienen una buena relación con sus hijos y saben su realidad, al enfrentarse a una situación como ésta muchas veces no saben cómo actuar; también hay que tener en cuenta que no son sólo los padres de la víctima los que desconocen esto, en muchos casos, los papás ni siquiera se imaginan que su hijo es un victimario, el matón del curso.
Aunque hay que tener en cuenta que algunos niños pueden ser violentos otros simplemente son activos, la diferencia está en cómo encaucen estas energías ya sea positiva o negativamente y también en las oportunidades que tengan para expresar lo que sienten; no podemos armarnos juicios a priori sobre los niños, de que estos son malos por naturaleza sino que hay que comprender su realidad,  los muchachos sienten más presión a comportarse de cierta forma a causa del código masculino y sienten que la única emoción que pueden expresar es la rabia por lo que su comportamiento es violento, además de los estereotipos que hay en la sociedad como el llanero solitario que también los influencian a ser solitarios y violentos, incluso en la escuela que se han redefinido los modelos masculinos y femeninos vemos vestigios de estos estereotipos que nos dicen que los niños sobresalen por su destreza física, por su osadía, pero si el niño adopta comportamientos que se podrían considerar propios de una niña, lo comienzan a humillar, a insultar, a demostrar una vez más que aquel joven que intente desafiar el código la sociedad lo forzará a asumirlo nuevamente.
Sin embargo, a pesar de estas situaciones los niños encuentran un refugio donde se pueden quitar la máscara y ser ellos mismos, este espacio es con sus amigos, es aquí donde vemos la importancia que tienen para los jóvenes las relaciones, muy contrario a lo que cree, ya que podemos decir que las personas que se sienten conectadas con otras son menos proclives a actuar violentamente. Si bien el sentirse conectados con otros y las buenas relaciones ayudan, no es suficiente, el niño muchas veces se guía más por el ejemplo de estar personas, por lo que más que hace actividades con los niños se debe procurar que seamos modelos de comportamiento para el muchacho y a través de éste mostrarle que puede ser empático y expresar sus emociones si dejar de ser “niño de verdad”.
Otra forma de ayudar al niño es tratar de que comprenda el punto de vista del otro pues esto ayuda a crear empatía haciendo que la vergüenza por la vulnerabilidad disminuya, y para esto como ya lo dije antes puede aprenderlo más fácil si ve que quienes lo rodean lo practican. Estas actitudes favorecerán zonas libres de violencia, espacios donde puedan ser ellos mismos sin temor a ser juzgados, dichos espacios pueden ser en la casa o en la escuela, aunque en esta última sería más complicado por el tema de los matones; sin embargo, la escuela debe buscar la forma de brindarle un espacio a los muchachos en el que no sientan la presión de actuar bajo el código masculino.
A pesar de todo lo que se ha mencionado en contra de la violencia, hay un obstáculo muy grande y es la violencia en los medios ¿cómo combatir contra una T.V. que los niños ven por horas mientras sus padres no están? Hay que ser realistas, los muchachos se educan más por lo que pueden ver en la T.V. o en el internet y estos le suministran cantidades de violencia en la cual los padres tienen poco o ningún control y que vemos influye de sobremanera, muchas veces de forma negativa llegando incluso a distorsionar el cómo ve la realidad el joven. Por tal motivo los padres para prevenir estas consecuencias pueden discutir con sus hijos acerca de lo que ven, acompañarlos mientras ven T.V. explicarle como son en realidad las cosas, escoger programas que edifiquen. Aunque sea difícil esto ayudará a combatir las imágenes negativas de violencia en los medios de comunicación.
Para concluir este tema de la violencia sólo cabe decir dos cosas: la primera es que hay que enseñarle a los jóvenes a encauzar la ira y la energía agresiva dirigiéndola hacia resultados más positivos y de esta manera se les ayuda a evitar que se hagan daño a sí mismos y a los demás; la segunda es estimular la acción y desestimular la violencia para ello debemos empezar por permitirles hablar sobre sus sentimientos para que así se liberen de la vergüenza que puedan sentir y que se puede convertir en violencia. Siguiendo estas dos recomendaciones, sin importar que vivamos en un mundo lleno de violencia nuestros niños tendrán las herramientas para enfrentarlo y salir victoriosos.
De las problemáticas que nos mencionan estos capítulos el divorcio puede ser la que más afecte al niño por lo que se puede decir es el tercer trauma luego de la separación prematura en la infancia y el nuevamente separarse en la adolescencia.
Esta es una realidad que toca a millones de familias a diario y de la cual nadie está seguro, pero normalmente no vemos que hay más allá de la separación de dos personas y cómo esto puede afectar a joven, quienes pueden ser los más perjudicados hay que pierden el único lugar en el que se podían sentir refugiados, y como consecuencia se empuja una vez más al niño lejos de la familia y del hogar. A diferencia de lo que muchos pueden llegar a pensar de un divorcio no se puede sacar ningún beneficio, pero si se puede decir que en algunos casos era lo más conveniente, ya que es tal el trauma que crea en los jóvenes que lleva a muchos a decir que no se van a casar, si de todas maneras se separarán, además de otras consecuencias negativas como iniciar la actividad sexual antes, el recurrir a las drogas y al alcohol o el abandonar la escuela por completo.   
La buena noticia es que los niños al igual que los padres pueden enfrentar el divorcio y sobrevivir a él, pero a diferencia de los otros traumas que los padres esperan que los solucionen sus hijos por si solos en este caso eso no es lo más recomendable, si han tenido una buena relación con sus hijos esto ayudará a que superen esta situación sin trauma alguno por lo que los padres deben aprender a diferenciar entre lo que sucede con su pareja y lo que pasa con sus hijos, aunque sea muy complicado es necesario hacerlo y más porque antes, durante y después los cambios emocionales son muy constantes y hay que apoyar a los hijos, muy importante hay que hacerles entender que el divorcio entre los padres nunca es culpa de ellos.
El divorcio es una situación que se vive diferente en cada familia, y cada una tiene una manera propia de superarlo por lo que importante que en estos momentos tan difíciles los muchachos sientan que cuentan todavía con el apoyo de sus padres sin importar que se hayan separado y no solo de ellos sino también de sus amigos, de sus maestros y compañeros. Nunca es una situación fácil pero hay que aprender a afrontarla, aceptar que las cosas no volverán a ser como antes, que todo ha cambiado y que si se trabaja en equipo puede todo mejorar paulatinamente, por ejemplo, que los padres consigan nuevas parejas, en un comienzo el hijo no las querrá aceptar pues sienten que con ellos no hay un lugar donde refugiarse como cuando sus padres estaban juntos y lo buscarán por fuera de la casa; sin embargo, hay que tratar de darles una oportunidad a ellos, buscar la manera como pueden crear una conexión y esta consiguiente paternidad compartida puede traer consigo algunos beneficios, sin olvidar que lo fundamental es el futuro del muchacho.    
















Personal
En mi punto de vista puedo afirmar que estos capítulos nos abren los ojos ante una realidad que viven los muchachos y de la cual muchas veces no nos damos cuenta. Las historias que aquí se contaron me llevan a decir que hay que ir más allá de lo que vemos a simple vista pues en la mayoría de ocasiones los jóvenes no aparentan lo que en realidad están sintiendo. A pesar de lo que muchos digan sobres que los niños deben de separarse de sus padres, yo creo que éstos siempre deben de estar presentes en la vida de sus hijos y hacer pacte activa de la misma ya que así se fortalecerá el vínculo haciendo que el muchacho tenga la confianza como para comentarle lo que sucede, para ser el mismo y evitar así una depresión que puede desencadenar consecuencias fatales como el suicidio. Pienso que por muy difícil que pueda parecer esto, es necesario que los padres hagan el esfuerzo si quieren evitar el sufrimiento de perder un hijo.
Además de que esto ayudará a que el niño tenga las herramientas para enfrentar la sociedad tan violenta en la que vivimos, la presencia activa de sus padres hará que el niño sienta que en su casa tiene un refugio donde puede quitarse la máscara y a partir de la casa puede tratar de buscar refugio también por fuera como lo sería por ejemplo con sus amigos. Los padres deben de tener en cuenta que sin importar que tantos mensajes de violencia reciba de la sociedad, de los medios de comunicación, etc., ellos pueden contrarrestar todo esto con su ejemplo, ellos deben de ser modelos de comportamiento para sus hijos. Esta relación cercana permitirá que el padre conozca las situaciones que tiene que enfrentar su hijo, pero no basta sólo con conocer la situación del joven sino el porqué de la misma, porqué un niño; por ejemplo, es el bravucón del curso  y una vez conociéndola ver cómo lo pueden a ayudar a superar dicha situación; hay que tratar de encauzar las energías de un niño no para la violencia sino para otras actividades como lo son los deportes.
Sin embargo, esto no se ve en muchos casos y más en los que los padres se divorcian y lo digo desde mi propia experiencia sé que es un divorcio, una separación es una situación muy difícil para toda la familia y que si no se sabe llevar puede crear traumas, en estas circunstancias lo más conveniente es demostrarle al muchacho que a pesar de que sus padres se hayan separado puede seguir contando con ellos y que mientras esto ocurre, porque no siempre es fácil que el joven lo entienda, sepa que puede contar con el apoyo de sus otros seres queridos, sus amigos, el resto de la familia, etc. 
Estos capítulos nos muestran los problemas que tienen que enfrentar los jóvenes y nos da las ayudas para prevenirlos o por lo menos para que los puedan superar, ya está en cada persona si actúa para el que joven pueda seguir adelante o si se queda sin hacer nada mientras los muchachos se pierden cada vez más con estas situaciones.
MICHEL LÓPEZ ARANGO ASP.
Muy buen trabajo de resumen y reflexión.
Calificación: 4.9

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